En el rostro de Angelita Torres dos delgadas líneas: una punteada y otra continua casi perfecta en su trazo, separan sus ojos serenos del resto de la cara. Una línea diminuta y un círculo de puntitos que le rodea, le adornan la punta de la nariz. Un poco más abajo, a la altura de los orificios nasales, otras líneas rectas y más cortas remarcan sus pómulos. Otras líneas, esta vez no pintadas sino provocadas por el sol, la vida e historia propias de la mujer se asoman en su frente, en los costados de los ojos y en los costados de la nariz hacia las comisuras de los labios, así como en la textura del mentón, que no logro adivinar si es apretado porque el ser retratada le causa alguna tensión. Mediante la particular pintura facial y la vestimenta que lleva podemos asegurar se trata de una mujer perteneciente al grupo comca´ac (seris) ubicado en Punta Chueca y el Desemboque de la costa de Sonora.
Encuentro en una siguiente foto una mujer que lleva una pintura facial e indumentaria muy parecida, sólo que esta vez no se trata de una mujer comca´ac, sino de la fotógrafa Graciela Iturbide, quien en 1981 viajó a la zona para realizar las fotos de su libro Los que viven en la arena, el cual era parte del proyecto de los libros fotográficos que publicó el entonces INI-FONAPAS. Esta imagen fue la que despertó en un principio mi inquietud para escribir sobre esta serie ¿qué intención tenía Graciela al vestirse como si fuera una mujer comca´ac? ¿trataba de comprender o ser empática con la mujer retratada y su comunidad desde los parámetros de feminidad y belleza comca´ac? ¿Angelita le habría propuesto a Graciela prestarle sus pinturas y vestimenta? Estas interrogantes giraban en mi cabeza y de este modo vino la necesidad de consultar las serie para ver si con ello encontraba respuesta a mis preguntas. Recurrí entonces al archivo fotográfico de la CDI, donde se encuentran si no en su totalidad, al menos una gran parte de los negativos de esta serie (http://69.170.138.130/~mediosen/cdi/login.php) Para mi sorpresa la serie no estaba ordenada así es que empecé por intentar reconstruirla.
Encontré así otra imagen de la serie en la que Angelita y Graciela posan juntas para ser retratadas. La proximidad con la que están sentadas me hizo pensar que entre ellas había una cierta amistad y complicidad. La comparación me resultó inevitable; maquilladas y vestidas de la misma manera parecían tener la misma edad, entre los 35 y 40 años, ambas con cabello obscuro y largo están peinadas de partido en medio, y sin embargo, los rasgos y color de piel de ambas mujeres son claramente distintos. Finalmente, encuentro una gran diferencia en sus miradas, Graciela que luce confiada y relajada mira directamente a la cámara, mientras que Angelita, menos relajada y con cierta rigidez mira a quien fotografía y ¿quién las retrata? La mirada y actitud de ambas me sugiere que tal vez fue Luis Barjau, el compañero de Graciela, quien le acompañó en el viaje.
Angelita y Graciela salen del lugar en el que fueron retratadas, ¿acaso la casa de Angelita? y me encuentro con posibles segundas parte de la serie. Por un lado retratos de Angelita con un velo negro a pleno sol y por otra parte retratos de Graciela que fueron sin duda tomadas el mismo día. Al mirar con detalle ambas series de retratos descubro varias similitudes que me resultan fascinantes: Angelita sosteniendo el velo negro transparente que le cubre la cabeza con ambas manos, Graciela colocándose sobre la cabeza una pañoleta blanca con una postura de brazos parecida y ambas retratadas en un corte hasta la cintura. Angelita en otra toma, de perfil con su velo y los brazos cruzados mirando al horizonte no parece percatarse de ser retratada, Graciela de perfil con su pañoleta mira a la cámara y un par de sus dedos que se asoman en la esquina izquierda inferior, confirman que aunque no lo vemos tiene los brazos cruzados. Angelita con su velo de frente, Graciela con su pañoleta de frente. Angelita en su perfil derecho con los ojos entrecerrados, Graciela en su perfil izquierdo con los ojos entrecerrados. Angelita carga una corita en la cabeza, Graciela carga una especie de pequeña corita en la cabeza. Las fotos de Angelita son de Graciela, de nuevo me pregunto ¿quién retrato a Graciela? Si como supuse anteriormente fue Luis Barjau, no deja de llamar mi atención la coincidencia de estas tomas ¿acaso Graciela y Luis eran tan cercanos como para inconscientemente tomar el mismo tipo de situaciones? ¿habrá sido una acción deliberada? Suponer que las pudo tomar Angelita podría ser otra opción, dado que en la revisión encontré una foto donde una mujer comca´ac aparece con una cámara retratando a Graciela en el momento en que a su vez Graciela está tomando a la mujer. En lo personal, aunque no me inclino mucho por pensar en esta última hipótesis en la que Angelita sea la fotógrafa que retrata a Graciela, me parece interesante pensar que las dos mujeres, independientemente de su cultura, tuvieran una visión casi idéntica al retratarse mutuamente.
Elijo otra imagen donde ambas mujeres vuelven a ser retratadas, Angelita a la izquierda y Graciela a la derecha con la misma proximidad con la que aparecieron anteriormente, pero esta vez al ser retratadas de cuerpo completo, se advierte que Angelita es más alta y delgada que Graciela. Vemos también que están en un paisaje de clima desértico y sobre la arena luce el pie descalzo de Angelita, muy acostumbrado seguramente al calor. Atrás de ellas, quizá la casa blanca de Angelita donde fueron previamente retratadas mientras se maquillaban. Esta vez confirmo mis sospecha de que quién las fotografía es Luis porque enseguida encuentro una imagen en el mismo escenario en el que Angelita aparece retratada con Luis Entre ellos hay una distancia significativa que muestra una relación muy distinta a la de las dos mujeres. Como etnóloga sé que ser mujer facilita dentro de las comunidades indígenas tener acceso a los espacios femeninos y complica la aceptación en los masculinos, por ello no es de extrañarse tal distancia pese a que el rostro de Luis también haya sido pintado al estilo comca´ac. Un tono tierno se añade a esta imagen por la presencia de un perro blanco de orejas manchadas, los tres miran al unísono a Graciela.
Una última foto me devuelve a la hipótesis de Angelita como fotógrafa, y es que en esta imagen aparecen Graciela y Luis ¿Quién sino Angelita que estaba en la escena pudo haberles retratado? El horizonte levemente caído que contrasta con el horizonte de la foto anterior tomada por Graciela, así como el corte del perro delatan que no se trataba de alguien que mirara con técnica fotográfica, sino de manera más bien espontánea.
Concluyo que Graciela y Luis han sido retratados por Angelita, ella y el perro les miran, no son comca´ac como ellos, por más que se vistan y pinten de la manera en que lo hacen, pero tampoco son totales extraños, les enseñaron a pintarse, les prestaron su ropa para luego tomarse toda una serie de retratos. En ese dejarse retratar Graciela pintada y vestida como comca´ac tomó provisionalmente el lugar de Angelita, una mujer comca´ac, y Angelita al retratar a la pareja de citadinos, tomó el lugar de Graciela, la fotógrafa. Al menos por una imagen los roles se han invertido, los usualmente observados (grupos étnicos) miran a los que comúnmente les observan (fotógrafos) pero vestidos como si fuesen los siempre mirados, logran de manera seductora hacerme pensar en cómo los otros pueden percibirse en ausencia de sí mismos.
Valeria Vega
Marzo 2010.
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